Publicado el 23/11/2022
Categoría: Sociedad

La sexualidad es una parte fundamental del ser humano basada en el sexo pues incluye género, erotismo, vínculo afectivo, así como reproducción, por lo que influyen factores tanto biológicos como psicológicos, sociales, económicos, culturales y hasta religiosos, siendo la diversidad sexual tan amplia como seres humanos existen en el planeta.

Las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) enfrentan obstáculos sustantivos en el ejercicio de todo tipo de derechos. En el acceso a la educación, al empleo o a la salud, e incluso en el mismo proceso de desarrollo de la identidad, las personas que tienen una orientación sexual, identidad o expresión de género, o características sexuales diversas encuentran barreras motivadas por prejuicios sociales u omisiones legales.

Unir en una sola ecuación la homosexualidad, la discapacidad y la discriminación es un tema urgente de abordar siendo que parece imposible pensar que exista una persona con discapacidad y que sea homosexual.

La sexualidad de las Personas con Discapacidad no es tomada en cuenta, principalmente por la falsa creencia de que no tienen sexualidad; siendo este un caso de discriminación debido a que los colectivos de la discapacidad no atienden a homosexuales con discapacidad y los colectivos LGBTQ+ tampoco ya que la homosexualidad en la discapacidad ha permanecido invisible.

 

Apoya a los tuyos detectando y evitando la violencia sexual y familiar hacia personas con discapacidad.

Es necesario emprender acciones para que se cumpla el derecho a la no discriminación como el fomentar la correcta educación sexual dirigida tanto de manera personal como para los familiares y amigos, recordando que antes de la discapacidad, está la persona.

Generalmente, dichos prejuicios provienen de la valoración positiva que se da a la heterosexualidad, así como a la presunta congruencia que se cree debería existir entre la identidad de género de una persona y el sexo que le fue asignado al nacer, o bien a las características corporales que se consideran “normales”.

En ocasiones, esto contribuye a casos de violencia que pueden terminar con la vida de las personas. La discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género, y características sexuales diversas tiene una naturaleza estructural.

¿Y si hablamos más abiertamente?

Faulkner, Fergusson, Garofalo y Remafedi han comprobado que ser homosexual y no contar con apoyos del entorno conlleva a índices más altos de depresión, culpa, pensamientos suicidas, problemas mentales, abusos de sustancias y de alcohol, conductas sexuales de riesgo como prostitución, rechazo familiar, abandono de la casa, aislamiento emocional, soledad, deserción de la escuela, enfermedades de transmisión sexual y a ser víctimas de abuso físico y verbal.

Pero al menos las personas homosexuales pueden encontrar grupos de apoyo, en cambio, la realidad para homosexuales con discapacidad es más difícil pues como ya mencionamos, de ellos se piensa que son seres carentes de deseos sexuales y con menos necesidad de recibir educación sexual, ocasionando:

  • Menor consciencia sobre la existencia de ETS Y VIH.
  • Servicios de salud inaccesibles.
  • Profesionales no conscientes ni interesados.
  • Padres no interesados en la sexualidad de sus hijos.
  • Mayor dificultad para salir del clóset debido a la dependencia física y emocional, ya que existe mayor aislamiento.

Así pues, es necesario emprender acciones para que se cumpla el derecho a la no discriminación, como el fomentar la correcta educación sexual y contra la discriminación de la Persona con Discapacidad independientemente de su orientación sexual y defender los derechos humanos, sexuales y reproductivos, así como facilitar el acceso a centros de apoyo… y desde mi punto de vista lo más importante: Fomentar el reconocimiento como como un ser humano valioso.

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