Publicado el 25/02/2021
Categoría: Tecnología

Seguramente muchos de nuestros lectores han oído o leído acerca de los Cuartos de Estimulación Multisensorial o quizá hayan apreciado algunas fotos de cuartos que parecen extraídos de una película de ciencia ficción en la que aparece un espacio “decorado” con luces, sonidos, paneles en al piso y en la pared, tubos luminosos y toda suerte de artilugios tecnológicos.

Los cuartos multisensoriales (CMs) en sí son ambientes artificialmente diseñados que se encuentran contenidos en un espacio cerrado integrados por equipo especial que le permiten al usuario experimentar diversos estímulos a cualquier nivel de modo tal que el terapeuta pueda controlar la ausencia, presencia e intensidad de dichos estímulos.

Cuando se tiene la capacidad de modular los estímulos sensoriales, es posible ofrecerle a las personas con discapacidad una alternativa terapéutica que cumpla con el fin de mejorar sus habilidades no sólo receptivas, sino que también las motrices, creando así un modo de integración sensori-motora.

Esto no ocurre con los estímulos sensoriales cotidianos, por ejemplo, al estar en la calle, donde no es posible controlar el sonido de los autos, de las personas, o bien el movimiento de los objetos que nos rodean, impidiendo la discriminación específica de dichos estímulos y generando un estado de distracción.

Enfoque Snoezelen™.

Los CMs iniciaron mediante la filosofía Snoezelen por lo que es común encontrarlos en algunas referencias como “Cámaras de Snoezelen”.

Aunque no es un apellido, la palabra snoezelen tiene un significado y deriva  de dos palabras del holandés: sniffing que significa olfatear y dozing que significa  dormitar; juntas nos dan la relación antagónica del hecho de realizar una actividad mientras se está relajado.

Este concepto tuvo su origen en Holanda en la década de los 80’s impulsado inicialmente por Hulsegge y Veheul como un modo de esparcimiento para personas con discapacidad múltiple en el que el fin es experimentar diversas sensaciones en un ambiente relajado y atractivo con la ausencia de los distractores que no se encuentran en un ambiente totalmente aislado.

La idea de los creadores fue tomada del Instituto De Hartenberg donde ellos mismos trabajaban y en el que a las personas con discapacidad se les integraba en grupos dentro de cuartos aislados con estímulos sensoriales muy parecidos a los que se usan hoy en día pero aplicados al año de 1978.

Usos actuales.

Aunque hay publicaciones serias que destacan el empleo de los CMs como herramienta efectiva en distintos tipos de discapacidad, aún falta evidencia sobre su efectividad real acerca de sus beneficios. Dentro de los estudios y las aplicaciones más importantes hasta el momento podemos mencionar:

  • Adultos con discapacidad múltiple (Ashby y cols, 1995 y Hogg, 2001).
  • Niños con discapacidad múltiple (Glenn, 1996; Pagliano, 1999; Shapiro, 1997 y Mount, 1995).
  • Adultos con demencia (Baker, 1997; Burns, 2000 y Woodrow, 1998).
  • Dolor crónico (Schofield, 2000 y Davies, 1998).

Además de las aplicaciones previas, se han empleado con fines educativos, laborales, ocio y dentro de técnicas de relajación. Lo más importante de los CMs no es el cuarto en sí, sino la interacción que se manifiesta entre el individuo y todos los elementos que contiene dicho espacio.

¿Qué debe contener un Cuarto Multisensorial?

Primero que nada, deben de realizarse las preguntas:

¿Para qué, para quiénes y por qué lo quiero?

No es lo mismo planear un CM instalado en una institución que atiende únicamente a niños ciegos o con baja visión que a uno donde se promueve la estimulación temprana o bien, un centro psiquiátrico. 

Puede contener los elementos necesarios para estimular la visión y discriminar objetos visualmente; pueden emplearse dispositivos de vibración para personas con hipoacusia o sordera; quizá sea planeado para la relajación y la concentración dirigida a niños con déficit de atención, etc.

Todos los elementos que contenga un CM deben de ofrecer altos niveles de seguridad para los usuarios. Con esto quiero recomendar que al instalar un CM se adquieran los productos ofrecidos por las marcas certificadas ya que si empleamos medios de fortuna al instalarlo, pueden encontrarse objetos pequeños o tóxicos que pueden ser ingeridos (aún bajo la supervisión del terapeuta) o peor aún sufrir quemaduras o lesiones por electricidad.

En cuanto a las dimensiones no hay una regla escrita pero los hay desde muy pequeños de aproximadamente 10 metros cuadrados hasta cuartos enormes de 100 o hasta 120 metros cuadrados; todo está en función del espacio disponible, del presupuesto destinado al CM y de las necesidades de la Institución o negoscio.

Los parámetros básicos que deben considerarse en la instalación de un CM son: un cuarto aislado sin ventanas, ventilación adecuada, un almacén adjunto, dispositivos de control accesibles (manuales o a control remoto), disponibilidad de mantenimiento y limpieza, personal interesado en este tipo de terapia y algo esencial: terapeutas capacitados en el manejo de niños y/o adultos dentro del CM. En México ya se cuenta con empresas especializadas comprometidas (REHABIMEDIC) con la asesoría, instalación y entrenamiento para quienes deseen tener un CM en su clínica, escuela, trabajo o centro de rehabilitación.

Dentro de algunos productos que no deben faltar en tu CM tenemos:

  • Paneles para piso y pared.
  • Tubos de burbujas.
  • Tiras de luz negra.
  • Fibra óptica.
  • Paneles interactivos.
  • Proyector de efectos.
  • Alberca de pelotas.
  • Equipo de sonido.
  • Columpio de estimulación vestibular.
  • Cama de agua.
  • Paneles de marcha y gateo.

¿Cómo se usa el Cuarto Multisensorial?

Definitivamente existe el hecho de que los elementos del CM tendrán un mejor uso y aprovechamiento si quien los emplea es personal capacitado.

No cualquier persona puede ni debe brindar este tipo de tratamientos. Un terapeuta experto sabe que estímulos brindar a la persona así como la intensidad de los mismos, sabe cuándo parar y cuándo continuar con ellos a fin de evitar la sobre estimulación y de proveer un tratamiento efectivo y seguro.

Los candidatos al empleo del CM los identifica el médico especialista en rehabilitación –fisiatra- la mayoría de las veces cuando se trata de centros terapéuticos ya que existen algunas contraindicaciones para su uso que de no identificarse ponen en riesgo a la persona.

Cada lugar donde se posea un CM debe de contener por escrito los procedimientos para su uso dependiendo de las necesidades y objetivos que tenga cada instalación. En centros terapéuticos no ingresan más de tres usuarios a la vez para evitar la distracción y la dispersión de estímulos; sin embargo si los objetivos son de socialización, de terapia en grupo o con fines lúdicos pueden ingresar más usuarios dependiendo del espacio disponible.

En personas con discapacidad múltiple, lo más frecuente es que se ocupe un dispositivo a la vez con cada persona por el tiempo que sea tolerado ya sea de manera continua cuando se desea relajar a la persona o de manera intermitente cuando el objetivo es excitar los sentidos, tomando en cuenta que el terapeuta puede modular la intensidad de los estímulos. Si se desea adquirir o mejorar habilidades específicas, se debe motivar al usuario a interactuar con la fuente de los estímulos siempre siendo paciente, tolerante y evitando obligar a que se realice dicha interacción. Recordemos que el CM debe de ser interactivo.

El terapeuta tiene la obligación de registrar las respuestas que va obteniendo de la persona y repetir los estímulos con cada sesión, registrando a su vez los cambios observados con cada cita subsecuente. Siempre deben de administrarse los estímulos con un objetivo trazado, por ejemplo: aumentar la actividad motriz de las manos o disminuir el tono muscular.

Quiero comentar, a modo de conclusión, que los CM se han empleado en una gran variedad de trastornos discapacitantes y han logrado generar respuestas variadas casi siempre favorables y gran satisfacción entre sus usuarios. He llegado a ver que los CMs forman parte del gran arsenal terapéutico formado entre las filas de la rehabilitación y que su uso ha llegado a generar gran aceptación entre terapeutas físicos, ocupacionales, del lenguaje e incluso qntre quienes se encargan de la educación especial de niños y niñas con discapacidad. También es un tema amplio y de gran controversia sobre todo por los costos -muchas veces elevados- que implican instalar un CM, sin embargo, la tendencia indica que los beneficios superiores que se ofrecen como herramienta terapéutica podrá demostrarse muy pronto.

Bibliografía:

  1. Fowler S. Multisensory Rooms and Enviroments, controlled sensory experiences (2008). Jessica Kinglsey Publishers.
  2. Merrick J, Cahana C, Lotan M, et al. Snoezelen or Controlled Multisensory Stimulation. Treatment Aspects from Israel; The Scientific World J (2004) 4:307-314.
  3. Nasser K, Cahana C, Kandel I, et al. Snoezelen: Children with Intellectual Disability and Working with the Whole Family; The Scientific World J (2004) 4:500-506.

Más información en: www.snoezeleninfo.com

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