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Publicado el 22/03/2021
Categoría: Perfiles

¿Te suena familiar el “Síndrome de Tourette”?

Muy probablemente tu respuesta es afirmativa. Pues bien, el síndrome de Tourette es el ocasionado por un trastorno neuropsiquiátrico consistente en la aparición de movimientos repetitivos, estereotipados e involuntarios acompañados de la emisión de signos vocales o tics.

En este link ya habíamos considerado la probable relación de Wolfgang Amadeus Mozart con este síndrome; además del famoso músico, se ha llegado a pensar que también presentaban este síndrome Napoleón Bonaparte, Pedro el Grande de Rusia y el escritor Jean-Baptiste Poquelin, llamado Molière.

Georges Albert Édouard Brutus Gilles de la Tourette fue uno de los más reconocidos neurólogos franceses del siglo XIX y perteneció al distinguido grupo de alumnos de Jean-Martin Charcot.

Georges Gilles de la Tourette nació un 30 de octubre de 1857 en Saint-Gervais-les-Trois-Clochers, un pequeño pueblo en la región centro-occidental de Francia.

Su padre fue un comerciante proveniente de una familia de médicos. Georges fue de conducta difícil desde niño aunque siempre hizo gala de un elevado nivel de inteligencia.

Estudió en Poitiers sus primeros 3 años de Medicina para después cambiarse a la Universidad de París a la edad de 20 años a fin de concluir sus estudios. A los 21 años, ya siendo interno, realizó sus prácticas en diversos hospitales públicos de París hasta que en 1884 inició sus estudios en el Hoispital Salpêtrière de París con el Dr. Charcot quien en diversos documentos se refiere a Georges como uno de sus alumnos favoritos.

En ese entonces, el Hospital Salpêtrière era famoso por realizar grandes investigaciones acerca de la hipnosis y de la histeria, temas que fueron de gran interés para Georges aunque también centró sus esfuerzos en el estudio de diversos padecimientos neuropsiquiátricos y en la neuropatología.

Georges Gilles de la Tourette inició las investigaciones del síndrome que lleva su nombre gracias a la publicación que emitió el neurólogo estadounidense George Beard (1839-1883) en 1878 en el Journal of Nervous and Mental Disease llamada “Jumping Frenchmen of Maine Syndrome” o Síndrome del Francés saltarín de Maine, en el que describió una serie de casos caracterizados por personas de origen franco-canadiense habitantes de la región de Maine (E.U.) que tenían respuestas motoras exageradas dando la impresión de estar saltando de manera esporádica y espontánea.

Charcot motivó a Georges a dar seguimiento a dichas investigaciones publicando más tarde en 1885 en la revista Les Archives de Neurologie el artículo ‘‘Étude sur une affection nerveuse caractérisée par de l’incoordination motrice accompagnée d’écholalie et de coprolalie’’ (Estudio de una condición nerviosa caracterizada por incoordinación motriz acompañada de ecolalia y coprolalia).

En dicha publicación Gilles de la Tourette describió nueve casos dentro de los cuales incluyó el de la Marquesa de Dampierre, mismo que ya había sido publicado por Jean Itard, médico y pedagogo francés, en 1825. De la mencionada marquesa, Gilles de la Tourette escribió: «…la Marquesa de Dampierre, anfitriona de un salón literario donde frecuentemente se reunían, solía incurrir en movimientos y contusiones bruscas, acompañados de palabras soeces impropias de su alto rango…» y agregó: » a la edad de 7 años estuvo afligida por movimientos convulsivos de las manos y los brazos.

Sintió que estaba sufriendo de sobreexcitación y travesuras, y era objeto de reprimendas y castigos. Pronto se aclaró que estos movimientos eran verdaderamente involuntarios involucraba los hombros, el cuello, y la cara, y resultaba en contorsiones y muecas extraordinarias.» En el citado artículo, Gilles de la Tourette se refirió al padecimiento como «maladie des tics» (trastorno de tics).

Tourette nunca más volvió a escribir alguna otra descripción del síndrome y aun cuando ya había sido descrito con anterioridad, Charcot fue quien declaró el síndrome como un padecimiento médico muy diferente a lo ya conocido al escribir en el Semaine Médicale (1886): “Hemos probado que esta gente (los pacientes) tiene algo a lo que yo llamaría una configuración mental muy particular…” y nombró al síndrome como Enfermedad de Gilles de la Tourette.

De 1884 a 1887, Gilles de la Tourette se concentró principalmente en sus estudios acerca de la histeria y contribuyó con un gran número de publicaciones, tanto históricas como en el campo de la medicina como lo fue “La Novela Iconográfica de la Salpêtrière” publicada en 1888; un año después inició su práctica privada en la ciudad de París y organizó lecturas publicas de índole literario y teatral.

En 1893 fue condecorado con la Legión de Honor y en ese mismo año murió Charcot y uno de sus hijos víctima de meningitis; para colmo de males hacia finales de ese cruel año, una paciente irrumpió en su consultorio disparando una pistola contra él acusándolo de no poder volver a llevar la vida que llevaba antes de un tratamiento a base de hipnosis que Georges le había aplicado en contra de su voluntad; ante el ataque, Georges sobrevivió tras ser herido en la cara y en la cabeza.

Tourette fue también crítico teatral y de arte. Escribió para la Revue hebdomadaire con el seudónimo “Paracelso”. Con Gabriel Legue publicó el caso de la hermana ursulina Sœur Jeanne des Anges. También escribió sobre mesmerismo e hipnosis. Asimismo escribió la biografía del médico y filántropo Théophrate Renaudot, nacido en 1586 en Loudun.

Gilles de la Tourette fue uno de los neurólogos que rechazó el origen sifilítico de la Tabes dorsal, y por ironías de la vida, murió el 26 de mayo de1904 después de permanecer 3 años hospitalizado en un nosocomio mental suizo a causa del mismo padecimiento que rechazó por tantos años.

Desde 1902 Georges Gilles de la Tourette presentó cambios conductuales caracterizados por megalomanía y cambios de ánimo llegando incluso a intentar suicidarse para posteriormente iniciar con parálisis y datos relacionados con lo que hoy llamamos neurosífilis.

En su obituario, publicado por la Gaceta Médica apareció: “Este neuropatólogo continuó revisando pacientes hasta el día en que su familia lo encontró completamente desnudo agitándose violentamente ante un paciente aterrorizado escondido detrás de algún mueble en el consultorio médico…”.

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